Entre 23 y 28 meses
Desde pequeños, los niños adquieren habilidades que les beneficiarán durante toda su vida y que seguirán desarrollando en etapas posteriores.
Con los cordones, los niños pequeños aprenden a manejarlos con una precisión cada vez mayor, mejorando su coordinación mano-ojo y mano-mano. Su motricidad fina se estimula, y sus manos y brazos también se fortalecen.